El clima escolar y la convivencia

    ¡Hola! Hoy voy a hablar del clima escolar y la convivencia, algo de vital importancia en el aula puesto que la calidad educativa no solo depende del modelo pedagógico que el docente aplique y los contenidos curriculares que se estén tratando, sino también de que exista un buen clima escolar para que todos los estudiantes puedan alcanzar una formación integral. 

    Uno de los principales fines de la Educación es la creación de ciudadanos democráticos, es decir, los niños y niñas necesitan aprender a vivir juntos y aprender a ser. Deben sentir que la escuela es un lugar seguro y placentero y para ello, debe existir buena convivencia y un buen clima escolar.

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    El clima escolar se define como el conjunto de características psciosociales, determinadas por los elementos estructurales, personales y funcionales de un centro educativo que conforman un proceso dinámico y particular que condiciona los procesos educativos que en él se dan. El clima escolar depende de las percepciones que aquellos que lo conforman tengan de él dependiendo de las relaciones interpersonales que establezcan entre ellos. 

    Así, el clima escolar puede dividirse en dos tipos, los climas nutritivos y los climas tóxicos. Los climas nutritivos son aquellos en los que prima la motivación a participar, hay entusiasmo por aprender y las actividades que se llevan a cabo favorecen la convivencia positiva, los alumnos tienen interés por aprender académica y socialmente, hay respeto y confianza, así como preocupación por que las necesidades del resto estén cubiertas, fomentando la alta moral y la cohesión entre todos.

    Por otro lado, los climas tóxicos son aquellos en los que predomina una convivencia negativa que derivan en conflictos no favorables, no hay interacción entre los miembros de la comunidad educativa, no se favorece en proceso de enseñanza-aprendizaje, los estudiantes carecen de interés y motivación por el desarrollo de habilidades académicas y sociales, se desvía la atención y existe la apatía por asistir a clase y participar. 

    Para existir un buen clima escolar debe haber una convivencia positiva. La convivencia es la base de la competencia social que se requiere para ser ciudadanos con conciencia democrática. Así, la convivencia escolar debe ocurrir entre todos los agentes que conforman la comunidad educativa: entre docentes y alumnado; entre los propios estudiantes; y entre las familias y el centro escolar. Además, los contenidos, las metodologías, las estrategias pedagógicas, etc. deben estar enfocadas en la buena convivencia escolar. Debe primar el respeto entre todos ellos y la dinamización de las normas democráticas que deben tener en cuenta siempre el punto de vista del otro y estar basadas en la solidaridad, tolerancia y comprensión.

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    Si bien es cierto que en la convivencia es inevitable que surjan conflictos. Estos surgen cuando se rompe el respeto entre distintas personas, no se comprende al otro o no hay una disciplina democrática. Por ejemplo, la intimidación, la exclusión social, el bullying o los malos tratos son conflictos que se originan dentro del aula. Si bien estos conflictos tienen un gran potencial de aprendizaje siempre que se utilice la gestión de estos y no se escondan o se ignoren. La convivencia hay que construirla y son los docentes los encargados de que esto ocurra en sus aulas. 

    Para alcanzar la convivencia y por ende, un buen clima escolar, se requiere que desde la escuela se fomente el desarrollo de dos de las inteligencias definidas por Gardner en su teoría de las Inteligencias Múltiples: la inteligencia interpersonal y la inteligencia intrapersonal. Además, de estas dos inteligencias, se deben tener en cuenta y fomentar cierto tipo de valores positivos. 

Algunas de las claves de una buena convivencia escolar son, de acuerdo con Nélida Zaitegi (consultar vídeo de Youtube, altamente recomendado)

  • Aprender a convivir. Uno de los principales fines de la educación junto con aprender a pensar y aprender a aprender. 
  • Considerar el colegio como un medio de aprendizaje, como una pequeña sociedad. 
  • Toda la comunidad educativa debe definir que entienden por convivencia y establecer cómo se van a tratar los conflictos teniendo en cuenta el potencial de aprendizaje que tienen. 
  • Establecer las normas junto con el alumnado de manera grupal. 
  • Dar voz y participación a todos los miembros de la comunidad educativa, especialmente al alumnado para que aprendan a ser ciudadanos que participan socialmente. 
  • Eliminar todo tipo de violencia.  
  • La metodología utilizada por los docentes debe estar relacionada con la convivencia positiva primando una dinámica proactiva, es decir, estudiantes que se responsabilice de sus actos y tengan competencia social. Y no una dinámica reactiva, en la que los estudiantes tengan un rol de sumisión social y cumplan las normas establecidas cuando la “persona de poder”, en este caso el docente, no los vean. 

    En conclusión, considero que un buen clima escolar es algo que aún no se ha alcanzado al máximo en los colegios. Existen conflictos sin tratar en los centros escolares, pero no solo entre los propios estudiantes como se tiende a pensar, sino también entre los propios docentes que allí ejercen y muchas veces entre las familias y el profesorado. Creo que se está enseñando a los niños que no deben romper las normas establecidas por agentes ajenos a ellos por miedo al castigo y no por el potencial positivo que tiene realizar una buena acción. De esta forma se fomenta que los niños cuando nadie los ve, no cumplen las normas, o bien que cuando pierden el miedo al castigo que les imponían, tampoco las cumplan. 

    Se debería fomentar el buen clima escolar y hacer uso del potencial de aprendizaje que engloba los conflictos que surgen, como es natural. Cuando surge algún conflicto se tiende a separar a esos niños del resto de la clase para hablar con ellos, haciendo que por miedo al castigo se pidan perdón delante del profesor y pensar que con ello el problema ha sido solucionado. En lugar de utilizar la situación para fomentar la competencia social en el alumnado, al menos, esta es la experiencia que yo he tenido como alumna en la resolución de conflictos. 

Sofía Rodríguez

 

Referencias bibliográficas: 

BBVA Aprendemos Juntos. (Abril 3, 2019). Versión completa. Educación para la convivencia y resolución de conflictos. Nélida Zaitegi, pedagoga. [Vídeo]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=nNOdDtwY1uM

Herrera, K., y Rico, R. (2014). El clima escolar como elemento fundamental de la convivencia en la escuela. Escenarios, 12(2), 7-18.  

Del Rey, R., Ortega, R., y Feria, I. (2009). Convivencia escolar: fortaleza de la comunidad educativa y protección ante la conflictividad escolar. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 66(23,3), 159-180. 

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