El pensamiento crítico en la Educación

     ¡Hola! En esta entrada quiero reflexionar sobre el pensamiento crítico y la Educación. A raíz del vídeo de Youtube que vimos en clase, he estado pensando sobre el tema. 


    Ante una sociedad, la sociedad del conocimiento, cada vez más diversa y en un proceso de cambio rápido, se necesita formar ciudadanos con pensamiento crítico, potenciando su formación integral. No se deben formar personas que vayan a ser pasivas y acríticas ante el mundo. 

    Tras varios años argumentado que el sistema educativo actual tiene carencias, este no ha sido modificado. La enseñanza se sigue centrando en la transmisión de conocimientos y adquisición de estos por parte de los alumnos. Sin embargo, las investigaciones demuestran que este enfoque pedagógico, no fomenta el desarrollo integral de los alumnos, ni su pensamiento crítico. 

    Robert Ennis define el pensamiento crítico como aquel que es racional y reflexivo, que tiene como finalidad reconocer lo que es justo y verdadero. Las capacidades que engloba el pensamiento crítico están inscritas en tres dimensiones: la dimensión lógica, que recoge el acto de juzgar y relacionar significados entre palabras y enunciados; la dimensión criterial, que usa opiniones para juzgar dichos enunciados; y una última dimensión pragmática que busca usar lo anteriormente expresado para construir y transformar el entorno. Es decir, como indicaba Pablo Perez-Paetow en el vídeo de Youtube, el pensamiento crítico es un triángulo cuyos vértices son: piensa, adapta y cambia. 

    El pensamiento crítico recoge habilidades como son realizar inferencias, dar explicaciones, argumentar, solucionar problemas y tomar decisiones, saber analizar e interpretar la información recibida por el entorno. 

Fuente: Google Imágenes

    No obstante, para el desarrollo del pensamiento crítico, es necesaria la aplicación de metodologías activas y métodos de enseñanza que desarrollen procesos cognitivos, afectivos, volitivos y emocionales. Es decir, los docentes tienen que utilizar estrategias facilitadoras del pensamiento crítico. 

    Algunas estrategias que se pueden utilizar dentro de las aulas son los diálogos regulados didácticamente por el profesor y los mecanismos participativos. Además, al encontrarnos en la sociedad del conocimiento como veremos en otra entrada del blog, se puede fomentar desde las aulas que los alumnos aprendan a desarrollar el pensamiento crítico a partir de el análisis de textos y noticias de los medios de comunicación o los programas televisivos o de radio. También se puede fomentar la investigación a cerca de cómo influye la diversidad cultural y los distintos grupos sociales en la sociedad; así como los problemas sociales que existen y cómo se podrían solucionar. A su vez, también se puede tratar la influencia que tienen las redes sociales y las TIC y fomentar un diálogo o una reflexión en los alumnos, generando que se escuchen unos a otros y participen, expresando y compartiendo sus ideas con crítica. 

    Así, llegamos a la idea de que para desarrollar la capacidad de pensamiento crítico en los estudiantes se debe tratar en las aulas problemas importantes para la cultura y la sociedad en general y estos problemas deben ser a su vez, relevantes y de interés para los alumnos. Los conocimientos adquiridos en el colegio no se pueden limitar a repetir y escupir en un examen, deben ser reflexionados para integrarlos y utilizarlos en otros contextos, consiguiendo así el aprendizaje y la formación de ciudadanos autónomos.  

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    De esta forma, llego a la conclusión de que a pesar de llevar años hablando de los fallos que tiene el sistema educativo, este no se ha modificado. Hemos pasado por muchas leyes de educación diferentes y ninguna a supuesto un cambio sustancial en torno al tema del pensamiento crítico. Las metodologías utilizadas en las aulas siguen siendo las tradicionales, lo que supone, como indica Pablo Perez-Paetow, que los estudiantes se rijan por un memoriza-repite-escupe. No se fomenta que los estudiantes desarrollen su propia naturaleza, su pensamiento crítico, no tienen capacidad de decisión propia. A pesar de que poco a poco se intenten instaurar metodologías más activas, vemos como crecemos y llegamos a estudios superiores como es la universidad y seguimos entrando en pánico cuando nos indican que tenemos que dar nuestra opinión o reflexionar, es decir, ser críticos con un tema. No alcanzamos en la escuela ese pensamiento crítico o pensamiento que nos va a hacer buenos ciudadanos permitiéndonos ver con imparcialidad el mundo y que nos va a ayudar a no dejarnos manipular. Por ello, considero que desde las escuelas y como futuros docentes, se debería desde pequeños fomentar el desarrollo de ese pensamiento crítico y por ende, el desarrollo integral del niño y de la niña. De manera que, cuando estos crezcan, no tengan miedo a ser críticos y sean capaces de serlo.  

 Sofía Rodríguez 

 



Referencias bibliográficas


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Montoya, J. I., y Monsalve, J. C. (2008). Estrategias didácticas para fomentar el pensamiento crítico en el aula. Revista Virtual Universidad Católica del Norte, (25).


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Sierra, J., Carpintero, E., y Pérez, L. (2010). Pensamiento crítico y capacidad intelectual. Faísca, 15(17), 98-110.


Tamayo, O. E. (enero-junio de 2012). La argumentación como constituyente del pensamiento crítico en niños. Hallazgos, 9(17), 211-233.

 

 

 


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